En los poliedros hay contenida información muy valiosa. Sus ángulos y sus proporciones nos expresan Orden Sagrado. Su simetría esférica nos habla de la Unidad de la Creación.
Los poliedros regulares y semi-regulares nos dan todos ellos, puntos de referencia para poder ver las direcciones del espacio desde la perspectiva de la esfera y así poder reconocer como direcciones al Cielo, a la Tierra y al Centro. Normalmente los poliedros son presentados posados sobre su base natural, una de sus caras. Esto no nos permite ver la sincronía que ellos tienen con las direcciones. La mayoría han de ser elevados y puestos en equilibrio unos sobre un vértice, otros sobre una arista, para que esos seis puntos periféricos, vértices en unos, aristas en otros, estén alineados y orientados con las seis direcciones desde sus centros respectivos.
Toda la geometría pura, los poliedros regulares, los semi-regulares y los poliedros estrella están regidos por esta relación con las direcciones, como punto en común entre todos, desde el más simple, el Tetraedro, hasta los más sofisticados Rombicosidodecaedro y otros. Desde este entendimiento de relación podemos ver que un simple cambio de posición en algunos poliedros nos hace más asequible la información contenida en ellos.
Al sintonizar los poliedros con las direcciones del espacio desde la perspectiva de la esfera, ellos nos ofrecen caras, aristas o vértices alineado, con los 3 ejes de las direcciones principales este-oeste, norte-sur y cielo-tierra e igualmente se alinean 6 ejes de las 12 medias direcciones. El ejemplo más simple para poder ver toda esta sincronía, nos lo ofrece el hexaedro o cubo, que tiene un cuadrado en cada una de las 6 direcciones, una arista en cada una de las medias direcciones y un vértice en cada uno de los 8 puntos donde 3 direcciones principales son vecinas entre si.
Este orden se da en todos los poliedros regulares, semi-regulares y derivados de ambos.